JESSICA: SI DADDY ES MI PADRE ¿QUIÉN FUE MI MADRE?

Esta pregunta es lógica y no tiene una explicación lógica porque está en el trasfondo y sentido de toda la novela. El gran anhelo de Jessica durante su infancia y adolescencia es ese encuentro con su padre para descubrir sus orígenes y su propia identidad. Daddy es alguien que durante esos años ha sido una presencia constancia y distante en su vida.

 

Durante su infancia no era más que un nombre que significaba todo lo bueno, pero que para el personal del internado supone un obstáculo en su educación, una alusión y obsesión que le bloquea ante lo cual intentan que le olvide.    

 

Durante la adolescencia gracias a la intervención y mediación de Ana esa presencia cobra un poco más de relevancia, ya no es un sueño, sino alguien a quien, además de buscarle, cabe la remita posibilidad de que se le encuentre, de que se trate de alguien de carne y hueso, lo cual tienen unas claras consecuencias y connotaciones en la vida de Jessica, entre ellas que se queda sin argumentos para negarse a aprender español, ya que si Daddy es alguien real, se plantea el dilema de que habla de comunicarse con él, poder hablar, demostrarle de alguna manera que se interesa porque se conozcan. Por otro lado, tampoco puede reprimir su curiosidad por descubrir algo más de Toledo y de la cultura de los españoles porque hasta donde llega su mente entiende que ello también forma parte de su vida e identidad, por mucho que no lo admita de una manera pública y abierta.

 

En sus años de universidad, una vez que sale del internado y se ha de enfrentar a la realidad en que vive, se encuentra con que no hay noticias de Daddy, también se da cuenta de lo mucho que le necesita, porque se siente un tanto desamparada, sin futuro, atascada en su pasado, porque si Daddy no es parte de su vida, no tiene muy claro qué será de ella una vez se gradúe, de tal manera que se toma  con un poco más de empeño y a la vez de impotencia el objetivo de conocer a Daddy, de ser ella quien tome la iniciativa ante la noticias por parte de éste. Con la incertidumbre de pensar que tal vez ese silencio no haya sido tan absoluto como a ella se le plantea, porque debido a ciertos acontecimientos descubre que Daddy si está en contacto con ella, aunque no sea a través de los cauces lógicos.

 

Superados sus años en la universidad, toma la iniciativa y emprender el viaje en busca de su Daddy, con la incertidumbre de no tener muy claro lo que se encontrará ni cómo será recibida, porque en base a todo lo que ya sabe con antelación sus temores tienen más peso que su equipaje. Es consciente de que la información que ha recogido se basa más en divagaciones que en datos contrastados y sus expectativas no son demasiado alentadoras.

 

La realidad con que Jessica en encuentra dista mucho de ser ideal y la duda que se le plantea es si esa presunta paternidad tiene algún sentido, si merece la pena confirmarla o desmentirla porque se da cuenta que entre Daddy y ella no hay tanto en común como se había imaginado. Le cuesta reconocer en éste algo que le resulte familiar, que a simple vista le haga descubrir ese parentesco, más cuando éste tampoco le oculta sus dudas y hasta cierto punto la frialdad con que se ha planteado la situación, a pesar de lo cual la acepta en su vida y en su casa, bajo sus circunstancias, tan poco acogedoras como las dudas que los dos mantiene con respecto a su presente y su futuro como familia. Aun así se dan una oportunidad a la espera de acontecimientos, de que alguno de los dos se aclare.

 

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