Poemas de después

CUANDO EL SOL SE VAYA A DORMIR

Será la hora sexta, nona, será la hora del día,
sea la hora que sea, tú no te marches todavía,
te llamaremos por tu nombre, no te preocupes,
esa duda, por ese asunto, por ti, ya no se discute.

 

Acudiremos al cielo, si con la tierra no te basta,
demuéstranos que estás hecho de otra pasta,
otra vez nos encontraremos tus ojos despiertos,
que estiras los brazos y no el corazón abierto.

 

Será la hora sexta, nona, será la hora del día,
será que hay que ser de los buenos para verlo,
será que ya se ha pasado una tarde, una mañana,
sea la hora que sea, tú no te marches todavía.

 

Tú, despacio, no tengas prisa, queda mucha vida,
tras la luna de la noche te ha de perseguir el sol,
y al atardecer, cuando el sol se marche a dormir,
la luna te hará compañía, si sabe que sigues aquí.

 

 

Escrito y dedicado a mi sobrino. Julio 2011

UN MONUMENTO A MI ABUELO

Por el sudor y la sangre de un labrador,
en la tierra que él mismo trabajó,
del amanecer hasta la puesta del sol,
el mundo le levantó un monumento
para que la gente tomara el sol,
un edificio que llegara hasta el cielo,
para que se acordaran de mi abuelo.

 

El edificio no llegó hasta el cielo
y el asfalto cubrió todo el suelo,
ya nadie se acuerda de mi abuelo.
Pero hasta aquel lugar llega el mar
para que tu alma desde el cielo
sepa que el mar no le olvida jamás
se lo ha dicho a tu nieto, abuelo.

 

 

A mi abuelo. A un edificio en la playa de Bellreguart

NACER CERCA DEL MAR

Tú verás el mar cuando yo no lo vea,
oirás a diario el susurrar de la olas
la nana del mar entrando por tu ventana
y quién sabe si la suavidad de la arena,
si te acercan hasta allí alguna mañana.


Hoy comienzas a sentir el frescor marino,
sientes la brisa y el frío de este invierno,
bien abrigado para que no cojas frío,
sin pedir al mar su consentimiento.


Has nacido cerca de un mar de olas
y has comenzado a navegar por los brazos,
todo el mundo quiere conocerte,
mientras tú intentas soñar tranquilo,
con aquella paz del mar donde has nacido.

 

 

Dedicado a todos los parientes nacidos cerca del mar