Duerme, pequeño corazón,
los ángeles guardan tu alma
la Virgen te guarda en su corazón
Métete ya en la cama
y no te preocupes por mañana
¿Qué no te ha sucedido hoy
que no te pueda suceder mañana?
¿No han cuidado hoy de ti?
Pues mejor lo harán mañana.
Cierra los ojos y ten calma,
los ángeles cuidan tu alma,
la Virgen canta su canción,
Buenas noches, corazoncito,
pequeño y travieso pecador,
¡duerme, qué ya verás mañana
cómo se hace grande tu corazón!
María, señora de sueños y alegrías,
Madre que ama al mundo cada día,
conocedora de sueños que son tristezas,
de mis ilusiones que son mil gritos,
de mentiras que debían ser verdad.
María, tú que en mi dolor me sonríes,
tú que has sabido callar mi lamento,
tú, que estás conmigo en todo momento.
Tú, María, que estás de noche y de día,
que conoces de donde saco mi oscuridad,
dónde se hunde con tu amor mi alegría.
tú que siempre sabes llevarme a la cruz,
María, sólo tú eres quien me sonreía.
Otra vez encerrada y orando,
humillada ante el único amor,
después de volver de la calle,
y ver cómo comía el hambriento,
con ese pan que yo le daba,
de ver cómo bebía el sediento
con el agua que yo le llevaba,
de ver sonreír a tantos niños
con la sonrisa que les mostraba,
de ver cómo todos me saludaban
y me preguntaban hoy por José.
Ahora otra vez en mi intimidad,
humillada ante el que todo lo da,
pidiendo que nos dé hoy su paz.
Y entró un ángel en mi soledad,
con el amor de mi único Dios,
me ha dejado asustada con su voz.
Dios te salve, María, hija de Dios,
Dios te salve, humilde corazón,
el Señor ha escuchado tu oración,
tú serás pan para el hambriento,
tú serás agua para el sediento,
tú serás la Madre de los hombres,
porque viene el Hijo del Hombre,
pero no vendrá como los reyes
en una carroza tirada por caballos,
vendrá en tu vientre de mujer,
para nacer en el portal de Belén.
Oyes que pronuncian tu nombre
y ves a una mujer acercarse a ti,
tú la conoces de toda tu triste vida,
pero tú la ves y no sabes quién es.
Te muestra las manos y te pide pan,
te muestra sus pobres pies doloridos,
pidiéndote que la lleves hasta el río.
Sabes bien que ella ya no vive por allí
y no hay nadie más aquí para ayudarla,
no tienes ni siquiera un pedazo de pan
y te miras y ves tus manos vacías,
piensas que, si las llevas en tus brazos,
estás seguro de que te vas a cansar.
Ella te mira con sus ojos compasivos,
sólo te pide que la lleves hasta el río,
quiere coger agua de la orilla para beber,
te dice que su hijo pequeño tiene sed,
pero tú a su hijo pequeño no le ves,
y con humildad te señala hacia el monte
ves a un hombre clavado en una cruz,
aquel es su pequeño hijo tan amado,
por el que deja que le sangren los pies,
por el que te ha mostrado sus manos,
porque él le ha dicho que tiene sed.
Ella no quiere que le des pan para comer,
quiere tus manos para llevárselas a él,
ella no quiere que la lleves en brazos,
quiere que seas tú quien se deje coger,
ella no quiere que la lleves hasta el río,
allí no está el agua que calma su sed,
quiere llevarte bajo la cruz, con su Hijo,
porque eres tú el que dice tener sed.
Río de España, mar de Portugal,
¡aguas que coronáis Toledo,
decidme aquí por qué apestáis!
Sois aguas tan puras al nacer
y tanto daño el correr os hace,
que toda vuestra peste renace
cuando pasa entorno a Toledo.
!Tantas historias has conocido,
tú, hondo cauce del río Tajo¡
!Tantas poesías has inspirado,
que ahora haces huir la vida,
porque espantas a cualquiera¡.
!Oh, dulce olor natural perdido,
belleza que no tenía color,
ahora eres un río tan negro,
que eres un río de carbón¡.
Bombilla encendida que no iluminas,
sol de la mañana que nunca luces,
dime cómo es que tienes tanto brillo
y puedes dejar tan oscura mi vida.
¿Qué es lo que tapa hoy tu belleza?.
¿Dónde te escondes de mí cada día,
que nunca puedo yo encontrarte
y tu reflejo lo veo en todas partes?.
¿Cómo es que tu voz llega a mi alma,
si tus labios nunca me dicen nada,
mostrándome una sonrisa callada,
como las noches de luna estrellada?.
¿Por dónde soplas, brisa del mar,
contra qué haces chocar tus olas,
si no las llevas hoy hasta la playa,
para que no acaricien la arena?.
¿Cuál es tu hoy rumbo, marinero,
que no llevas a puerto tu velero?.
Acaso ya no te guías por la luna,
¿O has caído en las fauces del mar?.
¿Dónde tienes hoy tu nido, pajarito,
que ya no trinas sobre mi ventana?.
Acaso nos ha llegado ya el otoño
y has emigrado ya a la primavera.
¿O tal vez te encerraron en la jaula
y ya no puede volar a mi alma?
¿Qué nos está pasando a los dos?
Que cuando llamamos por teléfono
siempre está comunicando;
Que encendemos el televisor
y nunca está funcionando;
abrimos la puerta de la casa
y sólo vemos el desierto,
cogemos un libro para leer
y lleva las páginas en blanco.
Algo falta en nuestras vidas
que no llegamos a comprender
ya nada nos llega a divertir.
Antes una hormiga era suficiente,
ahora no hay gente suficiente.
No tenemos nada que hacer,
ya que no podemos hacer nada.
Necesitamos de nuestro amor,
ese que tanto hemos rechazado,
al que llamamos por teléfono,
sin conseguir una contestación,
que buscamos en la televisión,
pero no sale ni en el telediario,,
que buscamos por la calle,
pero nunca se ha perdido,
y es que ni siquiera los libros.
dicen nada de nuestro amor.
Busquémosle en el corazón
seguro que está ahí escondido
metido en algún rincón.
Mi corazón retumba en el cielo
no siento mis pies sobre el suelo
pero en la tierra cantan mi canción
¿Dónde has escondido la cruz?
¿Dónde has enterrado el pecado
que ya nadie lo ha vuelto a ver?
¿Dónde están esos corazones vacíos,
esas vidas pequeñas y sin sentido,
ese horror que siempre se ha vivido?
¿Dónde está ese camino perdido
que se alejaba de tu largo camino,
donde poder descansar un poco
separándonos de todo el grupo?
¿Cómo puedo perderte, Señor mío,
si te has llevado todos los pecados
y nadie acude al confesionario?
¡Estás dejando a los curas sin trabajo
y el mundo se cansa de vivir así
viviendo en un mundo tan feliz
estando dentro de tu corazón
por eso ahora digo ¡viva el pecado!
Viva nuestro Cristo crucificado
Viva el que nos libere del pecado
Tus días esperándonos en el cielo
Porque nosotros hemos por fin pecado
Esperando que el día que volvamos
Nos abran las puertas allá en el cielo.
Permite que este pobre pecador
ponga en su boca al Señor
para que Él mismo te dé su Amor
tal vez al ritmo de una guitarra
tal vez seas tú tocando el piano
quien ponga música con las manos
a estas palabras del Señor.
Pudiera estar yo equivocado
y Él no quisiera hablar por mí
pero esto lo siento en el corazón
y por eso te lo tengo que decir.
Escucha mis palabras con atención
el Señor estaba solo y te llamó
estaba crucificado y pensó en ti,
rezando en el huerto de Getsemani
en el desierto estaba solo
más solo crucificado le vi.
en aquel huerto arrodillado
Seguro que te lo dijo tu hermano
que el Señor estaba muy solo
que aquel desierto era la soledad
que en la cruz no hubo nadie más
que en el huerto pensaba en ti.
Cogida de su mano viniste aquí
El Señor estaba preguntando por ti
nos lo había anunciado a todos
que Él estaba solo sin verte aquí
cogiéndole entre tus manos
acompañándole en su soledad.
Llamo a la puerta de tu vida
y te veo en tus cosas ocupado,
parece que te olvidas de Mí,
porque no sabes ya que decir.
Yo sólo te pregunto por tu vida,
pero tú me miras y sigues callado.
Yo no te he pedido que hables,
tan solo te pregunto por tu vida,
no quiero que cuentes el tiempo,
sino que me pidas tu propia vida,
pero tú sigues mirando en silencio,
y no sabes qué me vas a decir.
¿Acaso te he pedido un discurso?
¿Tienes tanto tiempo para Mí?.
Pero Yo no quiero mil palabras,
tan solo te he pedido hoy tu vida,
te pregunto si me la vas a dar.
Tú sigues en silencio asombrado,
señalando tus sueños con el dedo,
no tienes más palabras que decir,
y te extrañas de que pida tu vida,
pero lo que Yo te pido es un sí.
Eres incrédulo y no ves la verdad
eres ciego al amor, Tomas,
¿O acaso ese no es tu nombre?
Has venido a tocar mis heridas,
quieres saber que no estoy muerto,
quieres verlo para creerlo,
eres tú el incrédulo Tomas.
Te dijeron que Yo era la vida
y fuiste a buscar mi tumba,
quisiste asistir a mi entierro,
cerciorarte de que no era cierto
que Yo había sido una más,
pero ves que no hay entierro,
que no hay lugar en el cementerio.
Yo no soy un profeta muerto
Yo no soy el que ya no volverá
Entonces ¿Por qué dudas, Tomas?
así se llaman los que dudan
los que no creen en la verdad
así se alejando su Cristo
de la autentica felicidad.
No corras tanto, el tiempo vuela,
no vayas tan deprisa, te perderás,
deja que sea ella quien se enamore,
aún es un pollito en su cascarón.
Deja que sea fruta que madure,
que se llene de amor su corazón,
deja que aprenda de la vida,
que un día se haga mayor.
No la hagas vieja antes de tiempo
no arranques el capullo de la flor
deja que muestre su belleza al sol
que presuma siendo jardín
Después podrás ser jardinero
y elegir cuál será tu flor
cuál adornará tu chaqueta
para que florezca en tu corazón
Pero de momento tan solo espera
la esperanza te traerá el amor
ten fe en lo que esperas
deja abierto tu corazón
porque al final todo llega
y no volando en un avión
Me desprecias, te ríes de mi corazón
y pensar que te lo daba todo
que por ti sentía tanto amor
tantos sueños me has destrozado
Me cerraste la puerta y ya está
dejaste que a ti otro llegara
uno que paseaba por la calle
uno que era como los demás
Yo tenía las manos atadas
y no me las quisiste desatar
Llevaba los pies encadenados
y me quisiste tirar al mar
sin manos y sin una vida
¿Qué te habría podido yo dar?
Ahora ni tan siquiera me sonries
levantas la mirada y te vas
quisieras pisotearme la cara
pero ya veo que no eres capaz
Me odias por mis manos atadas
por no conocer la libertad
por no arrancarme la lanza
que se me clava un día más.
Ya no vienes a verme al puerto
levanté anclas y me fui
Ya no recibo ni tus cartas
si es que algún día las recibí
Hundido en este mar de dolor
teniendo tan lejos tus ojos
esa mirada de compasión
la sonrisa de una amiga
una puerta para mi vida
Quería hacerme como todos
pero tú me dijiste adiós
pusiste un tabique en tu puerta
abriste la veda a mi corazón
Por eso se hundió mi barco
por eso perdí tu compasión
Yo un día me hice marinero
y la chica que conocí en la tierra
de mi nombre se olvidó.
Germina, mi semilla de amor,
riega el campo con tus lágrimas
muestra tus hojas al sol
dime que aún tienes vida
que no te han llevado las aves
que te sembré en un buen campo
y puedes mostrarme una flor.
Sal de tu escondite, por favor
aliméntate de mis sufrimientos
pero sácale vida a mi corazón
dame un poco de esperanza.
Te cubriré, si te abrasas al sol
te regaré, si no tienes agua
te abonaré para fertilizar el campo
y que tus raíces se alimenten
Pero muéstrame tu esplendor
dame aunque sea una prueba
de lo grande que será mi corazón
muéstrame un tallo verde de amor.
En la sierra naces tú, Tajo
en la Sierra de Albarracín
allí en lo alto de las montañas
para que tu agua vaya abajo.
Todos los ríos te envidian
porque tú has nacido allí,
tan lejos del mar tu cima
y tan alejado de allí tu fin.
Ni el Guadalquivir con sus barcos,
ni el Guadiana con sus ojos,
ni el Duero pasando por Zamora,
podrán nunca compararse a ti.
Envidia te tienen todos, Tajo,
porque ellos no pasan junto a mí,
ellos no me dan ese abrazo
con el agua de Albarracín.
Sólo tú atraviesas capitales,
sólo tú pudiste hacer los mares,
con el agua caída en Albarracín.
Lleva esa agua hasta abajo,
como el reguero de mi jardín,
lleva mi recuerdo a los peces,
porque yo he de quedarme aquí,
viendo como pasas tus agua,
las que traes desde Albarracín.